Imagina que tienes nueve años y vives en una zona rodeada de montañas, ríos y animales. Eres parte de una comunidad ancestral que cuida la tierra que les proporciona alimento y sustento. De lunes a viernes, te levantas de muy buen humor para caminar a la escuela con tus amigos. La vida es rural.
Una mañana te estás preparando para ir a clase como de costumbre. Te levantas temprano, organizas tus cuadernos y sigues tu camino. Es un día normal, tienes prisa, pero quieres aprender. El trabajo escolar comienza como de costumbre. El día está soleado.
Tú y tus compañeros estáis en clase cuando de repente oís una explosión y varios disparos. Todos se esconden debajo de sus escritorios y algunos empiezan a llorar. La situación parece complicarse cada vez más cuando dos grupos armados se enfrentan cerca de la escuela. Cada vez se escuchan más disparos. Las balas impactaron en los tejados. El miedo se apodera de todos en el aula y no puedes entender qué está pasando.
Ante esta situación, su maestro está haciendo todo lo posible para proteger y cuidar a todos los estudiantes. La decisión más inteligente es que todos permanezcan en la escuela, porque abandonarla es un riesgo mortal. Todo se paraliza en un instante. Te ves obligado a refugiarte con tus amigos en las aulas mientras los profesores intentan calmarte en medio de la confusión y el miedo.
La situación se está poniendo tensa. Los enfrentamientos armados continúan durante horas y se prolongan hasta el día siguiente. Mientras tanto, la ansiedad está en el aire. No puedes dormir, no puedes volver a casa para encontrarte con tu familia. ¿Estás atrapado? La educación fue atacada.
Tú y quienes te rodean están viviendo momentos de miedo e incertidumbre. Algunos guardan silencio, conmocionados por la situación, y otros no pueden contener las lágrimas durante mucho tiempo.
Hay veinticinco niños detenidos en la escuela y tú estás allí. Mientras que en la escuela vecina hay otros treinta y cuatro niños que enfrentan la misma situación. Tienen entre cinco y once años. Llevan varios días en prisión y hay poca comida. Duermen en el suelo y empiezan a enfermarse por las condiciones de detención.
La violencia obliga a la comunidad a tomar medidas drásticas. Tu familia deja tu casa para refugiarse contigo en la escuela. Por suerte, te traen comida para ti y tus compañeros. Después de cuatro días en la escuela, las familias son trasladadas al albergue, donde permanecen otros veinte días. La decisión de reunirlos a todos en un solo lugar es parte de un plan para proteger a las comunidades de los continuos enfrentamientos armados en las cercanías. Estás cansado de moverte de un lugar a otro, estudiando más de un mes. Usted y su familia se sienten abandonados lejos de casa.
Los edificios escolares han sido dañados, los techos han sido dañados, las aulas han sido dañadas por disparos, la enseñanza se ha interrumpido por un período de tiempo indefinido. La falta de seguridad ha convertido su escuela en un teatro de conflictos armados. Tus actividades diarias se detienen y tu deseo de aprender se destruye.
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Esta historia está inspirada en hechos reales que tuvieron lugar en mayo de 2023 en West Columbia.
Hoy en día, los actores armados continúan influyendo en la educación en Colombia. El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) pide respeto por la educación y que los estudiantes y trabajadores de la educación se mantengan al margen de los conflictos armados.
Miles de niños en Colombia no pueden estudiar a causa del conflicto armado. Es urgente que el gobierno siga haciendo todos los esfuerzos posibles por la Declaración de Escuelas Seguras. NRC promueve y apoya la inclusión de niños y jóvenes desplazados y refugiados en los sistemas educativos formales para que puedan acceder a una educación acreditada que les permita progresar en todos los niveles del sistema educativo. En situaciones de emergencia, la NRC facilita la continuidad de las actividades educativas en áreas seguras.